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En búsqueda del té exclusivo de muy baja producción

~ Podemos divisar cómo se cultivan los campos de té de máxima calidad a través de un mar de nubes ~

El campo del té de Sr. Naganori Mori se sitúa a 650m de altitud entre las montañas de Narao, Prefectura de Shizuoka. Las climatología tan especial debido a su altitud y temperatura confieren a este té unas condiciones óptimas para su cultivo. Y es aquí dónde podemos encontrar a Sr. Mori y su mujer Midori, cuidando con tanto cariño estos campos de té.

Desde el principio, la pareja, desde su matrimonio y aceptando los deseos de su mujer, se desplazó de la ciudad a convivir con la naturaleza, respetando el medio ambiente y conviviendo con las condiciones que ahí existían.

En principio la idea que tenían era abarcar tanta extensión de terreno como fuera posible pero rápidamente llegaron a la conclusión que “Nos gustaría fijarnos más en los detalles para así poder producir un té de más calidad”. Desde entonces, el trabajo que se realizó fue más meticuloso y profundizando como él deseaba.

Hubo un hecho diferencial que sí pudo advertir Sr. Mori en sus días de trabajo: cuanto más grandes y antiguas eran las hojas de abajo, más potentes y saludables eran los brotes en la parte superior.

“No es fácil que crezcan las hojas grandes. Es imposible en uno o dos años. Los arboles del té necesitan años para que crezcan hojas fuertes. Se requiere un esfuerzo a largo plazo.”, dice Sr. Mori.

Durante las noches, el campo alcanza bajas temperaturas debido a la altitud. Gracias a estas condiciones óptimas, como la densa niebla generada durante el día, crea una capa de protección en las hojas para combatir los rayos de sol. Así mismo, la escarcha matutina en conjunción con el aire frío, ayudan en el proceso de fotosíntesis.

Adicionalmente, también cultiva una variedad de té KABUSE; utiliza un método muy original de cultivo propio, mejorado con los años, que ayuda a potenciar el sabor: coloca una lona sobre arcos de bambú para protegerlos del sol y que las hojas no toquen su superficie.

Sr. Mori comenta, “El detallismo marca la diferencia dándoles un sabor y dulzor especial. Aunque haya poca cosecha, estoy feliz con que el té llegue a la gente que sabe apreciarlo.”

Él sólo se encarga del proceso de las hojas. Intenta captar el mínimo cambio diario para poder examinarlas con detalles. Ajusta el procedimiento necesario para sacar el máximo rendimiento de las hojas, sintiendo cómo el clima y la humedad de la montaña varían diariamente.

Se percibe el aroma fresco de las hojas en la fábrica nada más entrar. Su trabajo es comprobar que la humedad y sequedad son las adecuadas, tocando las hojas con sus propios dedos: dada su experiencia y habilidad, esta técnica es infalible. Esta habilidad no se consigue a través de manuales sino a base de refinar y mejorar su sensibilidad con el paso de los años. No en vano, su trabajo es admirado y se le ha llegado a catalogar como “el maestro del té”

“Aprecio mucho a los clientes. Las palabras ¡Qué delicioso! es música para los oídos en productores como nosotros. Estas palabras nos dan la fuerza necesaria para seguir trabajando.”

Actualmente ha empezado la producción del té verde GYOKURO en su campo, logrando elaborarlo solamente para la empresa CHILL TEA basándose en su propia experiencia. Dice esgrimiendo una sonrisa “Creemos que es un producto óptimo, pero el procedimiento es nuestro secreto.”

De hecho, nosotros CHILL TEA tampoco sabemos cómo cultiva ese té verde GYOKURO. Lo único que podemos hacer desde aquí, es ser el vehículo que lleve el producto de sus secretos a sus hogares.

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